Científicos de la Johns Hopkins University (Baltimore, EEUU),
crearon un láser capaz de “olfatear” enfermedades en el aliento
de una persona. El resultado puede ser comparado con una tabla de equivalencias
y propiciar un posterior estudio más profundo del paciente.
Desde hace algún tiempo, se ha pensado que el fino olfato
de los perros podría ser entrenado para examinar el aliento de los
humanos en busca de enfermedades particulares, de un modo parecido a como
hoy en día son adiestrados para localizar drogas o alimentos entre
los equipajes de los aeropuertos.
Pero los láseres podrían efectuar una tarea semejante
de una manera más efectiva, y sensible. Los procedimientos invasivos
como son las biopsias o las endoscopias aún serán imprescindibles
para algunas enfermedades, pero otras podrían ser detectadas analizando
el aliento del paciente. Estamos hablando de enfermedades en la sangre,
hígado, pulmones, páncreas y estómago, las cuales
pueden dejar un rastro químico concreto. La técnica láser
que puede ser empleada para las pruebas médicas de aliento se llama
CRDS (cavity ringdown spectroscopy). Consiste en un láser ajustado
a una frecuencia específica que rebota rápidamente hacia
delante y hacia atrás en una cavidad óptica formada por espejos
con una alta capacidad de reflexión. Esta cavidad también
contiene una muestra de un gas, por ejemplo, el procedente del aliento
de una persona. Cuando el láser se apaga, el sistema, contiene
también un espectroscopio, que nos proporciona información
sobre la composición química del gas.
Dado que algunas enfermedades tienen un impacto directo en la
composición del aliento (por ejemplo, las relacionadas con el riñón
llevan a un exceso de amoníaco), es posible determinar qué
le ocurre al paciente. Otras enfermedades pueden ser diagnosticadas proporcionando
comida etiquetada con un isótopo (como el carbono-13) al individuo.
La cantidad de moléculas etiquetadas isotópicamente en el
aliento expelido mostrará el ritmo metabólico, e indicará
la presencia de marcadores de enfermedad específicos, como el microorganismo
estomacal llamado Helicobacter pylori, asociado con ciertas úlceras.
Este nuevo sistema puede emplearse para otras aplicaciones, como
el control de las emisiones en chimeneas, escapes de automóviles,
vigilancia de eficiencia de la combustión en hornos y fundiciones,
y la verificación de la calidad del aire en túneles entre
otras utilidades.
Jorge A. Marión
Periodista científico
Canals - Cordoba
Argentina
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